Simón Rodríguez es
considerado cronológicamente el primer Maestro de América, sus ideas
democráticas y reformistas con respecto al modelo de escuela fueron pioneras en
estas tierras, ya desde 1874 escribirá sus primeras opiniones en torno al tema con
su texto “Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras
letras en Caracas y medios de lograr su reforma por un nuevo establecimiento”, que con el pasar del tiempo las ira
fortaleciendo y concretando hasta construir una propuesta clara y concreta que
intentara implementar en diferentes proyectos que adelanta en su trasegar por
diferentes países de Sudamérica, que para su momento fueron vanguardistas y
previsoras de lo que con el tiempo se concretaría en todo el mundo.
En 1872 recibe a el huérfano
Simón Bolívar para ser el tutor del mismo al cual lo cuestionara con las
primeras ideas que darán forma al pensamiento del libertador. Luego de
involucrarse en la conspiración de Gual contra la Corona Española debe
exiliarse en Estados Unidos y Europa (excepto España) durante 26 años, es
durante este periplo que adopta el nombre Samuel Robinson para ocultar su
identidad. Se reencontrará con Bolívar en 1804 realizando junto con este un
periplo por gran parte del viejo
continente, en el que serán testigos de la coronación de Napoleón Bonaparte en
Milán, y será frente a Simón Rodríguez que el libertador realizara su juramento
en el Monte Sacro de liberar a la América de la opresión española. Durante el
periodo en que se desarrollan las guerras de independencia en Sudamérica Rodríguez
o Robinson viajara por Europa
adelantando diferentes proyectos educativos y terminando de formarse política e
intelectualmente.
Regresa a América en 1823
por el puerto de Cartagena reasumiendo su nombre de cuna, su proyecto era desde
entonces ayudar a la construcción de una educación popular que hiciera posible
la autodeterminación republicana de las naciones latinoamericanas. En dicho
proceso abre escuelas en Colombia, Perú, Ecuador y Chile. En 1825 Bolívar lo
nombra Director e Inspector de Instrucción Pública y Beneficencia, iniciando
alfabetizaciones y ayudas sociales por Arequipa, El Cuzco, Puno, la Paz y Oruro
en el Alto Perú, luego de lo cual es encargado de desarrollar un Plan de
Educación Popular piloto en Sucre, Bolivia.
Sus diferentes proyectos
siempre generaran fuertes resistencias por parte de las altas esferas de la
sociedad que veían amenazados sus privilegios debido a los principios que
siempre rigieron la propuesta educativa de Simón Rodríguez, estos principios
eran; la educación gratuita, obligatoria, universal, la coeducación de los
sexos, la no-discriminación por ningún motivo, la educación para el trabajo, el
fomento de la crítica, también se incluía el requerimiento de una
infraestructura básica para el desarrollo de la misma y salarios dignos para
los maestros.
Luego del fracaso de sus más
grandes proyectos, su vida trajina por diferentes países en los que siempre busca
abrir proyectos educativos que respondieran a los principios que había
construido, pasa así también un largo periodo en Chile en donde también busca
adelantar su proyecto.
Para 1853 adelanta su último
viaje rumbo a Perú en donde pasa su último año de vida hasta su muerte en el 28
de febrero de 1854. Sus restos son trasladados 1924 al panteón de Perú y luego
en 1954 al Panteón Nacional de Venezuela donde hoy reposan sus restos. Sus
ideas y pensamientos están aun hoy por rescatar, especialmente en nuestro país
donde su legado ha pasado casi desapercibido a diferencia de otras latitudes de
la América.